Sábado 22 de junio: 20.00 h. Ofrenda floral y 22.00 h. Recital de cante de Natalia Segura y Manuel Cordero
El XVI Memorial Miguel Vargas, se celebrará el próximo sábado 22 de junio con motivo del aniversario
del fallecimiento del cantaor, de cuya desaparición se cumplen 16 años el próximo 26 de junio.
Para recordar a Miguel Vargas, a las 8 de la tarde se realizará una ofrenda floral en el Cementerio
Municipal de San Antonio ante la tumba de Miguel Vargas y posteriormente a las 10 de la noche tendrá
lugar la actuación del cantaor de Las Cabezas de San Juan, Manuel Cordero con el toque de Luis
Calderito.
A continuación rendirá homenaje a Miguel Vargas la cantaora paradeña Natalia Segura quien estará
acompañada por su grupo. Natalia. ha actuado ya en diversos festivales al mismo tiempo que continúa
estudiando este arte legendario para perfeccionarlo y adquirir más conocimientos. Una mujer que con
cinco años ya cantaba y que posee una voz profunda, siendo cada actuación un fiel reflejo de sus
sentimientos.
El XVI Memorial Miguel Vargas está organizado por la Peña Cultural Flamenca “Miguel Vargas” en
colaboración con el Programa de Fomento y Cooperación con los Municipios de la Diputación de Sevilla
y el Ayuntamiento de Paradas, siendo la entrada gratuita.
El cantaor Miguel Vargas murió a las diez de la mañana del 26 de junio de 1997 a los 55 años de
edad. La grave enfermedad de Miguel Vargas fue una sorpresa para cuantos vivían a su alrededor.
Cantaor serio, respetado, hombre muy querido por cuantos le conocían, la noticia de su fallecimiento
causó enorme impresión a la afición flamenca.
Miguel Rubio Vargas nació en La Puebla de Cazalla, a no muchos kilómetros de Paradas. Miguel creció
en el campo, entregado desde niño a las ásperas faenas propias de la tierra. Apenas adolescente se
vino a vivir a Paradas, donde se hizo querer y fue adoptado como uno más del pueblo. En los últimos
años se le consideraba una personalidad representativa del lugar. Sin antecedentes cantaores en su
familia, lo suyo fue un caso de vocación. A él nadie le enseñó los cantes, los aprendió porque sí,
porque sintió la imperiosa necesidad de cantar. Y así se forjó uno de esos cantaores que afrontan lo
jondo dándole a este arte la máxima dignidad.
En sus primeros años de profesional estuvo en Madrid, en el tablao Zambra, donde adquirió
experiencia al lado de cantaores de la talla de Rafael Romero, Pericón, Juan Varea, Manuel Vargas,
Pepe el Culata... Siguió siempre la buena senda, la de maestros como Mairena y consejeros como
Francisco Moreno Galván. Todo lo que ofreció en el cante Miguel Vargas tuvo siempre un propósito
enriquecedor, resultando de una gran belleza y a veces de una rara perfección.